domingo, noviembre 25, 2007

Sobre ese otro Barbieri (Algunas reflexiones sobre: “Yo es otro”)


Sobre ese otro Barbieri
(Algunas reflexiones sobre: “Yo es otro”)


Por: Pedro E. Perales García

El alter ego, el otro yo, la otra entidad que se manifiesta abiertamente, que asume la personalidad, que se corporiza en un ente que siente, vocifera, prevarica y que sin embargo habla en medio del desierto. Una voz ficcional, que tiene la suficiente permanencia y locuacidad para expandir múltiples pasiones, múltiples decires, múltiples espacios abiertos. Proyecciones iridiscente de un Pathos no mediático, no convencional.
¿Qué inescrutables sensaciones jalonan esta mitificación del espíritu?, solo su canal natural (la mano del mago)- interpretación simbólica de una herramienta del destino- pueda quizás comprender parte de ese jeroglífico de sobresaltos y verdades a quemarropa. “Yo es otro”, de Johnny Barbieri nos habla desde esa infinidad finita del quehacer humano, desde ese pródigo alambique de delirios y creencias que se hacen pétreas por el sólo hecho de nombrarlas.
Barbieri, a modo de un hontanar deja fluir una retórica de las cosas, en donde explica teóricamente el fluir donde surgen sus afectos y escarceos líricos. Resulta paradójico resaltar el “proceso de envejecimiento de los textos” que lleva según lo señala a la muerte de los mismos y a la infame y abrupta desaparición del Yo poeta. En esta aparente contradicción, en donde la catarsis se realiza al materializarse el culto al hedonismo de la imagen. La fuente de retroalimentación parece ser Arthur Rimbaud. Sus poemas tiene el armazón inicial de lectura de autores predilectos o negados por la impronta de su exégesis retórica. “Yo es otro”, recoge poemas de libros anteriores, y los matiza con poemas sentidos a las madres simbólicas. A esas madres reales que se difuminan etéreas en ese afán de romper los eternos cordones umbilicales que arrastran un sedimento de reflexión filosófica, que trasciende la propia personalidad de los imponderables.
Cabe resaltar “Segunda muerte de María”, donde desmitifica la imagen poética del poema “Primera muerte de María” de Eielson. El poeta destruye el poema y la imagen creada alrededor del halo de la historia y como su proyecto inicial: Destruye para construir.
Imagen múltiple, en donde los hondos rincones del mundo de Barbieri se subvierten con la imagen ideal retratada por el símbolo bíblico: “La botella de leche en el mismo rincón / Isaías temblando solitario en una esquina / mi hijo envuelto en una sabana blanca”. El libro a la vez sugiere una pertinencia o encono a la precisión del dato, e ahí las citas y la rigurosidad explicita como queriendo aprehender su propia vitalidad, unimismar la poesía por sí misma. Gran batalla la que libra Barbieri en la consumación y deificación de un “yo poético”.