La mano busca el espacio que ya no existe
Afuera mi padre clava cruces de madera sobre los árboles
inscripciones ininteligibles que nadie lee
El viento contonea las hojas a la puesta del sol
cipreses que han de morir porque ya no estás
Ayer el ciervo se dejó morir por veinte soles
y hoy está en el tintero latiendo para nosotros
por ti madre
para que la toques con tus manos de madre
y le hagas crecer un campo inmenso de hierba
a su alrededor
para que corra libre hasta el fin
acaso permanece libre ante tus ojos
en esa forma que sólo tú conoces
La navaja que dio forma a este domingo de abril
de un tronco viejo hizo los caminos
que ya hemos olvidado
formó una espalda para hacerla girar por años
hizo un ave que huyó en una huida rápida fugaz eterna
Mi madre en un rincón batiendo sus alas
y el minutero tortuoso que el tiempo no había borrado
sólo contenía su belleza girando en el aire
por siempre.